Las mudanzas están catalogadas como una de las actividades que más estrés pueden generar en cualquier persona. Esto quiere decir que en estos momentos aflora la resistencia al cambio, natural en todo ser humano, con independencia del motivo que genere el traslado.
Por otra parte, si la mudanza además implica que la familia tiene dentro de sus integrantes, niños pequeños, el estrés se potencia y todo el asunto se complica tal vez un poco más.
Por supuesto, una alta dosis de paciencia y sobre todo una rigurosa y detallada planificación se convierten en los elementos que disminuyen de forma considerable todos los contratiempos y permite que sea un proceso fluido y fácil de completar con éxito.
En todo caso, además de tomar las previsiones pertinentes, es la oportunidad de aprovechar las circunstancias y hacer que los niños, en la medida de las posibilidades y de sus edades, participen y así poder disfrutar con ellos de todas estas actividades.
En este sentido, es importante considerar que muchos casos, los niños padecen de episodios de estrés y depresión ante un cambio tan repentino en sus rutinas y mucho más si esta mudanza viene acompañada de un cambio de colegio o guardería, que lo aleje de sus amigos y compañeros de juegos.
Puede presentarse el caso que pidan a sus padres que desistan de la mudanza o tal vez, presenten algunos cambios de conducta.
Para manejar esta situación, puedes intentar algunas estrategias, como hacer que participen en algunas actividades relacionadas con el nuevo hogar, como elegir los colores que va a tener su habitación o algún otro elemento de su decoración.
Visiten el nuevo vecindario y revisen los parques alrededor, de manera que los niños se entusiasmen con jugar en ellos.
Ventajas que tiene una mudanza con niños
En primer lugar, puedes tomar la mudanza como una especie de juego y de compartir con los más pequeños.
Esto significa, que al involucrarse, por ejemplo, guardando todos sus juguetes en las cajas dispuestas para esta tarea, para ellos será, sin duda, una experiencia muy divertida, además de convertirse en unos ayudantes extras.
Por supuesto, esto supone que se cuenta con una planificación, que estima muy bien los tiempos, para permitirle empacar el contenido del hogar sin que suponga un proceso agobiante.
La limpieza de los closets y empaque de su ropa, forma parte también de una actividad en la que pueden incluir a los más pequeños de la casa.
En este sentido, una mudanza es el momento perfecto para desechar la ropa que ya no usas, sobre todo en los niños. Al revisar puedes seleccionar la que pueda ser donada o vendida en tiendas de segundo uso.
Del mismo modo, la mudanza puede ser una buena oportunidad para clasificar los juguetes.
Cataloga los que están en buen estado y por esta razón vas al nuevo hogar, en otra caja los que aunque estén en buenas condiciones, ya no los utilizan y una tercera, donde colocaras lo que están rotos.
Con estas cajas separadas las clasificas por su destino. La primera se incluye entre las que van a ser trasladadas por la empresa de mudanzas, la segunda puede ir a donación y, por otra parte, la tercera, directo a la basura.
Inconvenientes que presentan las mudanzas cuando hay niños
Aunque suene paradójico, mientras más pequeños son los niños, el volumen de equipaje que se debe manejar aumenta de forma considerable. Estos pequeños tienen cunas, bañeras, mucha ropa, varios utensilios relacionados con la limpieza y juguetes que parece que se multiplican.
En todo caso, siempre es importante contratar una empresa de mudanzas que ofrezca ayuda desde el primer momento y su asesoría culmina cuando todas las cajas, bolsas y muebles están en el nuevo domicilio.
En resumen, aunque para todos supone un proceso complicado, involucrar a los niños en la mudanza puede resultar beneficioso con actividades de integración familiar.